miércoles, 24 de septiembre de 2008

Poema Sinfónico.

Poema sinfónico o Tone Poem, género de música programática para orquesta que se desarrolló en los siglos XIX y XX. Suelen tener generalmente un único movimiento y están relacionados con conceptos de la pintura, la poesía, el teatro, los paisajes naturales y otras fuentes extramusicales. Dichas ideas pueden ir desde el retrato literal, como el de una locomotora en Pacific 231 (1923) de Arthur Honegger, hasta las formas no específicas y evocadoras como en Les Préludes (1854) de Franz Liszt.
El impulso hacia lo extramusical constituyó una parte importante del romanticismo musical. Sus primeros defensores fueron Hector Berlioz y Franz Liszt, que bajo la influencia del primero inventó el término poema sinfónico.
Al contrario de la forma sonata de la música clásica, que se basa en una secuencia de exposición, desarrollo y recapitulación puramente musical, la forma del poema sinfónico suele derivar del personaje o trama del programa extramusical. Siguiendo el ejemplo de Berlioz y Liszt, compositores posteriores como el checo Antonin Dvorák (en La bruja del mediodía y La paloma de madera, ambas de 1896, entre otras), el finlandés Jean Sibelius (en El cisne de Tuonela, 1895, y Finlandia, 1899), el checo Bedrich Smetana (en Mi Patria, 1874-1879, un ciclo de seis poemas sinfónicos), así como Richard Strauss (en Don Juan, 1899, y Así habló Zaratustra, entre muchas otras) y Piotr Chaikovski (en Francesca da Rimini, 1876, y la obertura 1812, 1880), dieron continuidad y cohesión a sus poemas sinfónicos al utilizar uno o más temas recurrentes (a menudo de significado simbólico), que transformaban y cambiaban a medida que lo requerían las demandas narrativas y evocativas del programa. La utilización que hace el poema sinfónico de la armonía y del color instrumental para propósitos expresivos trajo innovaciones en las progresiones armónicas y en el uso y las combinaciones de los instrumentos. En el siglo XX se han escrito pocos poemas sinfónicos ya que los músicos han preferido las formas musicales concisas y abstractas así como los conjuntos instrumentales más reducidos. Sin embargo, algunos compositores han impuesto estructuras formales rigurosas en sus poemas sinfónicos. Tapiola (1926) de Sibelius utiliza la misma compresión del desarrollo temático que podemos hallar en su Sinfonía nº 7 en un movimiento, mientras que Sun-treader (El caminante del sol, 1932) de Carl Ruggles tiene una estructura de gran forma sonata. En cierto sentido, el poema sinfónico ha sobrevivido entre los numerosos ejemplos de obras escritas en el siglo XX fuera de cualquier género formal específico.

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