jueves, 18 de septiembre de 2008

Cromatismo

Cromatismo (del griego, chroma, 'color'), en una composición musical, es el uso de notas que no pertenecen a la escala musical sobre la que se basa la composición. En esencia, un tono cromático es aquél producido por la elevación o descenso de un semitono (por ejemplo, de fa a fa sostenido), sobre una de las notas individuales de la escala diatónica básica de siete notas (en do mayor, por ejemplo, estas notas son do, re, mi, fa, sol, la y si).
En el canto medieval y en la polifonía (música a varias voces) antigua, algunas notas eran a veces alteradas (la más habitual, si a si bemol) para adaptarse a unas reglas estéticas establecidas. A finales del siglo XVI, algunos compositores italianos de música vocal, como Carlo Gesualdo, introdujeron enigmáticas secuencias de acordes, posibles únicamente por el empleo de notas cromáticas. Alrededor de 1650, el uso de notas cromáticas quedó sistematizado como parte de una jerarquía de notas y acordes que caracterizaban al nuevo sistema evolucionado de la tonalidad, basado en las escalas mayores y menores —de hecho, resultaban esenciales (dada su función) para la modulación de una tonalidad a otra, algo que está en las bases del tonalismo—. El uso del cromatismo aumentó radicalmente en el siglo XIX, creando las expresivas armonías de la música del romanticismo tardío. Pero, al mismo tiempo, despertó el sentido de la tonalidad en el oyente. Alrededor de 1900 este cromatismo extendido llevó a una ruptura con el sistema de tonalidades mayores y menores, y al desarrollo de un nuevo concepto de escala cromática: el sistema dodecafónico.

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